Fue uno de los fundadores de la Sociedad Española de Dermatología y Sifilgrafía.
Sainz de Aja, uno de los mejor conocedores de García del Mazo, dice que era uno de los "prestigios serios", verdaderos de la especialidad, que había sabido educarse y elevarse, como dermatólogo sobre todo, alejado de todo bullicio oficial, de toda labor de ruidos, a la que su modestia no le permitió nunca entregarse.
Continua diciendo este mismo autor, que esa modestia, espontanea en él, su concisión y sobriedad, le impidieron quizá elevarse más, ocupar su verdadero puesto; hasta en su labor de publicista puso sus miras en los humildes, en los un tanto olvidados enfermos de lepra y lupus.
Todo ello lo demuestran sus dos fundamentales trabajos que, dedicados a una y otra enfermedad, ha publicado. También se debe a García del Mazo, la casi totalidad de la confección de la última estadística oficial de la lepra en España de 1918, y que en el capítulo dedicado a ella expusimos. Ya en 1911 publicó un artículo en Actas Dermosifilográficas, titulado "Lupus tuberculoso".
Durante diez años realizó trabajo en el Servicio de Higiene de la Prostitución, con el mismo celo y constancia que en todos sus asuntos ponía, sin llegar a percibir le menor remuneración.
Con su muerte, en el año 1919, la Sociedad Española de Dermatología, perdió el punto de enlace que tenía la moderna generación de especialistas con las figuras de Azúa, Castelo y Pardo Regidor.